Alima el Bajnouni es jurista y administradora de “Un centre ville pour tous” (Un casco urbano para todos), una asociación marsellesa que milita por el derecho para todos, cuál sea su condición social, a vivir en el centro de la ciudad, el derecho a una vivienda decente y para la acción colectiva hacia los poderes públicos.
Alima es miembra del Consejo Socio – Científico de Commonspolis.
Commonspolis : ¿Puedes describirnos los acontecimientos que ocurrieron el 5 de noviembre?
El 5 de noviembre fue un día terrible en Marsella, un día de drama que quedará grabado en la memoria de los marselleses y que en cierta medida marca un cambio.
Dos inmuebles de la rue d’Aubagne, ubicados en el barrio popular y central de Noailles se derrumbaron causando la muerte de 8 personas.
El primer inmueble, de la propiedad del municipio, estaba cerrado ya que estaba inepto para vivienda. El segundo, a pesar de su insalubridad estaba habitado, había sido declarado “edificación peligrosa” por disfuncionamientos mayores varias veces y obras tendrían que haberse realizado.
En ambos casos, antes de declararse habitables, las obras deben ser ejecutadas. Sin embargo, el municipio no lleva a cabo sistemáticamente visitas de inspección y le basta una factura para demostrar que las obras si han sido realizadas. Es una locura.
Actualmente, el municipio ha desalojado más de 1500 personas, buena parte por anticipación, vale decir sin que haya habido un decreto de insalubridad o de peligro. En Nouailles, algunos inmuebles han sido «deconstruídos», sobre todo el 67 y el 69 de la calle Aubagne, considerados por la alcaldía demasiado peligrosos y evitar así otros derrumbes por efecto castillo de naipes en el barrio.
¿Cuáles son los retos detrás de este drama?
Este drama sacudió Marsella porque es un símbolo del tratamiento de la vivienda y particularmente de la vivienda indigna por parte de la alcaldía. Es catastrófico para una ciudad que se quiere considerar la segunda ciudad de Francia.
Por tanto, los marselleses empezaron a movilizarse de manera masiva, ya están harto. Muchas personas que hasta ahora consideraban su vivienda como indecente y no tenía respuesta de su propietario, ya tomaron conciencia sobre lo peligroso de la situación de su vivienda. Hasta un # fue lanzado: #SueltaTuPocilga.
Por otra parte, la política de la vivienda en Marsella es segregativa, no hay suficiente viviendas sociales para los bajos ingresos en el centro de la ciudad. Hay de parte del municipio una voluntad de gentrificar el centro de la ciudad para atraer personas del exterior o personas capaces de invertir en el inmobiliario. Lo demuestra el proyecto de la Plaine, ubicado en el centro que prevé un amplio programa de renovación efectuado sin concertación de la población y que cuest 20 millones de euros a los cuales hay que adicionar los 400.000 euros para construir un muro con el fin de impedir a los manifestantes de reivindicar su oposición al proyecto.
Por último, el plan de urbanismo intercomunal que debe ser adoptado próximamente sigue sin respetar la obligación de viviendas sociales en el centro de la ciudad.
Frente a esa realidad, proclamamos fuerte y claro 5 reivindicaciones:
• Que el municipio asuma sus responsabilidades frente a este drama y frente a la realidad de la vivienda en Marsella.
• Que el municipio ponga a disposición medios apropiados y suficientes para dar respuesta a la vivienda indigna.
• Realojar rápidamente las personas desalojadas en apartamentos decentes y a la medida de sus necesidades. Nuestra asociación está requisando inmuebles vacíos como los de la rue de la République donde ya estamos movilizados para evitar que viviendas caigan en mano de operaciones inmobiliarias con objeto de ganancias financieras.
• Desarrollar una política de vivienda no segregativa.
• De manera general, que la política global del municipio sea mas atenta a las verdaderas necesidades de sus habitantes. En este sentido, nuestra asociación exige la requisición de las viviendas vacías de la calle de la République, donde ya nos hemos movilizado contra las operaciones immobiliarias que intentan generar plusvalía financiera provocando la expulsión de sus habitantes.
¿Crees que estas movilizaciones podrían fomentar un movimiento capaz de cambiar las políticas publicas e incluso desembocar en un proyecto municipalista?
Las reivindicaciones descritas anteriormente se encuentran en un manifiesto, “el manifiesto para un Marsella vivo y popular”, firmado por muchas organizaciones movilizadas desde noviembre. Está también enfocado en la necesidad de construcción de guarderías, de escuelas, de centros sociales así como en la prohibición de toda especulación inmobiliaria donde han resultado muertas las 8 personas.
Es la primera vez que observo una verdadera dinámica de convergencia entre las diferentes organizaciones movilizadas. Muchas personas en las calles manifiestan su voluntad de ocuparse ellas mismas de la gestión municipal. No existe aun una estrategia común alrededor de la temática de la gestión municipal pero hay realmente una voluntad de confluencia.
Antes, no sentía en Marsella que habían esas ganas de hacerse cargo del municipio. Descubrí las plataformas municipalistas por mi cuenta y confiaba en su potencial pero no sentía Marsella maduro para eso. Estos acontecimientos marcan un hito y el manifiesto es de una cierta forma el punto de partida de un proyecto para la ciudad que pueda ser pensando y gestionado por sus habitantes. Si pienso que los objetivos del manifiesto pueden lograr juntar personas y organizaciones capaces de presentar un programa municipalista para las elecciones del 2020.
¿Qué podría aportar la experiencia municipalista internacional?
La experiencia de las ciudades municipalistas de otros países sería valiosa. En efecto, en Marsella, los objetivos de poder condicionan mucho la política ya que las facciones políticas son particularmente poderosas. Necesitaríamos métodos para sobrepasar estos objetivos de poder que podrían frenar un proceso municipalista así como métodos para lograr enfocarnos en el objetivo común teniendo en cuenta nuestras diferencias y aprendiendo a superar los desacuerdos.
MANIFESTE POUR UN MARSEILLE VIVANT ET POPULAIRE