Participation in the public opening act in the international meeting Fearless Cities, in Sotomayor Square, Valparaíso, November 30th, 2018
Marcelo Expósito | En Comú Podem Deputy in the Spanish Congress, and militant of Barcelona en Comú. Member of the CommonsPolis Socio-Scientific Committee. (in Spanish)
Saludos, amigos queridos y amigas queridas de los gobiernos municipales, de las organizaciones ciudadanas y de las plataformas electorales municipalistas. Saludos, compañeras y compañeros de los movimientos sociales, de los contrapoderes locales y de las luchas en defensa de los territorios. Saludos, ciudades sin miedo, ciudades feministas, ciudades descolonizadas, ciudades libres, ciudades igualitarias, ciudades cuidadoras, ciudades acogedoras, ciudades democráticas…
Saludos, querido Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso; qué gran honor, y qué gran placer, estar hoy aquí todas juntas, al aire libre y al viento de Valparaíso, después de habernos encontrado en Rosario, en Nueva York, en Varsovia y en Bruselas, en la espuma del primer encuentro de ciudades sin miedo que celebramos en Barcelona en junio de 2017. En ese primer encuentro lanzamos al mundo el mensaje de que nosotras éramos menos de Trump y más de Chokwe Lumumba, alcalde afrodescendiente de Jackson, Mississippi.
Uno de los retratos más hermosos que se han hecho nunca de una de las ciudades más preciosas del mundo, es la película que un holandés internacionalista, Joris Ivens, filmó hace medio siglo en Valparaíso. Esa película comienza con el impulso del viento haciendo estallar el oleaje con la furia del Océano Pacífico, con la fuerza de la historia que emerge desde abajo, con la potencia del trabajo de los hombres y de las mujeres que construyen su ciudad en comunión con las fuerzas naturales y con los seres vivos que habitan el ecosistema del mar. Una ciudad vibrante de actividad portuaria habitada por personas comunes hermosas, por personas comunes felices.
Como Valparaíso, cada una de nuestras ciudades atesora también su propio imaginario de un pasado vibrante. Es verdad que en muchas ocasiones idealizamos el recuerdo de nuestras comunidades. Pero nos aferramos a esos ideales de convivencia en la ciudad para contrastarlos con una realidad sombría: la del modelo económico global que se ha extendido como una maquinaria extractiva, destructora de los vínculos sociales, precarizadora de las vidas, aniquiladora de los ecosistemas, devastadora para los territorios, impositora de un desarrollo urbanístico que reproduce dentro de nuestras ciudades las desigualdades mundiales entre el norte y el sur. Hay un solo norte y muchossures dentro de cada una de las ciudades neoliberales.
El modelo de la ciudad neoliberal no es la comunidad política de ciudadanos y ciudadanas libres e iguales. El modelo de la ciudad neoliberal es el estado de sitio. La ciudad neoliberal es una ciudad vendida a la especulación extractiva, donde se reproducen múltiples formas de sujeción, de esclavitud, de competencia basada en la destrucción mutua, de jerarquización extremadamente vertical, de concentración piramidal de la riqueza, de ejercicio agresivo del poder, de segregación violenta entre sus partes desgarradas.
Frente a la ciudad neoliberal, nosotras construimos ciudades que restauran los vínculos, priorizan el cuidado, ponen la vida en el centro…
Nosotras construimos ciudades que se abren acogiendo, cosen las fracturas urbanas, preservan los territorios, y se ponen a cooperar a escala global entre ciudades, más allá de las naciones, por debajo de las fronteras, con el mismo trabajo constructor de los pueblos hermanos, libres e iguales.
Frente a la exhibición del poder de las élites del G20 en Buenos Aires, Valparaíso acoge a una comunidad política internacional de ciudades que no tenemos miedo al egoísmo, que no tenemos miedo al racismo, que no tenemos miedo a la xenofobia, al clasismo, al machismo, a la violencia de Trump, Bolsonari y Macri. Que no tenemos miedo a la extrema derecha que ocupa los gobiernos de Austria, Italia o Polonia. A los gobiernos de la vergüenza, a los discursos del odio, al control mediante el miedo, nosotros oponemos gobernar con dignidad, caminando, preguntando y escuchando. Frente al patriotismo agresivo, frente al nacionalismo excluyente decimos ¡basta!, nosotros los pueblos fraternales, y no las élites insolidarias, somos los verdaderos portadores de nuestras naciones. Desde la ciudad portuaria de Valparaíso os saludamos, Luigi de Magistris y Domenico Lucano, alcaldes de las ciudades de Nápoles y Riace, declaradas en rebeldía contra la política asesina del Vicepresidente italiano Salvini.
Valparaíso de Luis Emilio Recabarren, Chile de Nicanor Parra; América Latina, Patria Grande latinoamericana querida y hermosa, sentida. Marielle Franco, Santiago Maldonado, Berta Cáceres, Camilo Catrillanca: escuchadnos, os hablamos hoy desde aquí como el rumor poderoso de un océano pacífico de ciudadanos y ciudadanas libres e iguales. Escuchadnos: queremos deciros que os llevamos en nuestros corazones. Los crímenes cometidos contra los nuestros por las élites, por multinacionales extractivas, por gobiernos corruptos, esos crímenes no quedarán impunes. Marielle, Santiago, Camilo, Berta: vuestra defensa de la vida en los territorios, la lucha de la humanidad contra el neoliberalismo, es la lucha que hacemos nuestra las ciudades sin miedo.
A la ciudad neoliberal, le oponemos la ciudad de los derechos…
Al estado de sitio, le oponemos el derecho a la ciudad. El derecho a la ciudad significa incluso más que reivindicar y conquistar derechos. El derecho a la ciudad significa incluso más que ejecutar políticas públicas que mejoran las condiciones de vida de la gente. El derecho a la ciudad es el derecho a imaginar nuestras ciudades, a imaginar cómo construirlas con el trabajo de los hombres y las mujeres libres e iguales.
Saludos, Áurea Carolina de Freitas y Andreia de Jesús de Belo Horizonte, Carmen Yulín de San Juan de Puerto Rico, Caren Tepp de Rosario; saludos y gracias a las mujeres que ponéis el cuerpo en los movimientos feministas de Estados Unidos, de Argentina, de Chile, de España, de Italia y de Polonia. Las ciudades rebeldes damos las gracias a la cuarta ola feminista global y saludamos su bienvenida a la historia, porque vosotras sois nuestro futuro. Os queremos vivas, ¡ni una menos!
Unas palabras finales para nuestro querido compañero Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso. La organización a la que ahora represento, Barcelona En Comú, y el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona encabezado por nuestra alcaldesa Ada Colau te traemos un largo abrazo, y te consideramos un hermano, igual que el movimiento del cambio en España considera hermano al proceso de cambio chileno. El viento que nos impulsó a las instituciones en España fueron las mareas ciudadanas contra la gestión neoliberal de la crisis, contra la violencia de las políticas de austeridad, el movimiento de las plazas del 15M. El viento que os impulsó a vosotros fueron los movimientos universitarios y antes los sucesivos, valientes y preciosos movimientos pingüino de los estudiantes de secundaria chilenos. Los movimientos ciudadanos contra el neoliberalismo cuyo ADN compartimos, expresaron con el lenguaje más sencillo las aspiraciones de emancipación más profundas: democracia, justicia, igualdad, transparencia, defensa de lo público y de los bienes comunes, garantía de las condiciones básicas para la reproducción de la vida y universalidad de los derechos: las personas antes que el dinero. Ese vocabulario surgió de un proceso constituyente ciudadano, sentó las bases de un nuevo pacto social para superar el neoliberalismo, y es el fundamento de nuestros gobiernos.
Que el pasado que todos y todas compartimos sea un viento que empuje el oleaje de las ciudades sin miedo.
Felices jornadas en Valparaíso. ¡Sí se puede!