Por Shelagh Wright y Peter Jenkinson
La interdependencia entre la cultura y el municipalismo empezó con las dimensiones culturales y creativas del movimiento municipalista, y lleva a la creación y a la consolidación de una nueva cultura política establecida en las prácticas institucionales del municipalismo, y finalmente en los tipos de políticas culturales propuestos por el paradigma municipalista. Esta interdependencia puede también resaltar las posibles sombras de una falta de potencia y del localismo.
El municipalismo entiende la cultura de manera mucho más amplia que las instituciones culturales tradicionales de las autoridades municipales, mucho más allá de ‘las artes’. Ve a la cultura como el resultado de conexiones sociales de la ecología de la ciudad y por lo tanto de la diversidad de realidades. Las políticas culturales deben entonces reflejar la multiplicidad de actores creadores de cultura y la diversidad de formas populares, ciudadanas y sociales de hacer cultura. La base del enfoque municipalista a la cultura es la democracia cultural y los comunes culturales.
Las cuatro pequeñas chispas que siguen son una foto instantánea de las formas que tienen el municipalismo y la nueva cultura de iniciar nuevos procesos y realidades con el fin de transformar una nueva democracia vivida.
- CREACION DE MOVIMIENTO = Cultura + Sentido Crítico + Activismo : Movimiento Yellow Duck, Belgrado + Plataforma de Afectados por la hipoteca y los Movimientos de Liberación Gráfica, Barcelona
- NUEVA CULTURA DE UNA NUEVA POLITICA = Cultura + Feminización + Comunidades : Cambiano Messina dal Basso (CMdB), Messina
- NUEVAS POLITICAS CULTURALES = Descentralización + Comunes + Laboratorios : Cultura Viva, Barcelona + ZEMOS98, Sevilla + 7 ideas
- NUEVA CIUDADANIA = Cultura + Puesta en común + Confederación : We are Here, Ámsterdam + No.11 Arts, Birmingham + un poema
1. CULTURA + SENTIDO CRITICO + ACTIVISMO = CREACION DE MOVIMIENTO
A través de Europa y de las ciudades del mundo, donde la mayoría de la gente vive ahora, las ciudades no sólo se extienden sino que desplazan también a comunidades existentes y estructuras cívicas históricas en nombre del ineludible “precio del progreso”. Los movimientos del nuevo municipalismo pasaron del activismo ciudadano y colectivo a la resistencia y a la reclamación. El fuego de este activismo ha sido alimentado por un trabajo cultural creativo, malicioso y provocador que ha chispeado en los imaginarios de la gente y de sus pensamientos críticos. Ha sido la confluencia de movimientos sociales, de organizaciones de la sociedad civil, de plataformas ciudadanas y de grupos culturales que juntos han dado forma al potencial para un cambio político duradero.
Los procesos y las acciones culturales han sido parte esencial de la expresión política, de la protesta y de la resistencia desde el principio de los tiempos con artistas actuando como opositores y disidentes. El simbolismo físico y visual en la oposición ciudadana y política tiene poder, compromete y motiva la masa y atrae la atención de los medios de comunicación, a menudo mundialmente. Del puño alzado a la movilización, de los grafiti antiguos mediante el street art hasta Bansky y JR, de Rosa Parks levantándose sentándose en un bus de Montgomery, la caída de la estatua de Saddam Hussein en Bagdad, la bandera del Orgullo Gay, las paraguas en Hong Kong, los girasoles en Taiwán, las gorros rosados con orejas de gato en Washington…
Las nuevas democracias dependen de la palpitante sociedad civil que compromete a los ciudadanos a desafiar y cambiar su comunidad. Por lo tanto, es necesario conocer las tácticas y estrategias que grupos, militantes, activistas y organizadores pueden usar para concientizar, mover la gente, cambiar sus puntos de vista y motivarles a involucrarse. La última década ha sido testigo de un aumento del activismo cultural y artístico. Sin embargo, ¿esta táctica es útil en la construcción de un movimiento? O ¿existen mejores medios para trabajar?
El experimento nórdico (Fritt Ord) es un estudio empírico, objetivo sobre el impacto variable de las formas creativas del activismo en una audiencia pública en términos de ideas, ideales y de acciones. Trabajando con socios: ActionAid, RAPolitics y la Universidad Roskilde en Dinamarca, y el Centro para el Activismo Artístico en Nueva York, investigadores han escenificado la primera experiencia de la eficacidad comparativa del activismo cultural frente a formas más convencionales de intervenciones activistas.
Y adivinen – en cada medida cuantitativa, el enfoque creativo es más exitoso que un enfoque activista convencional. Tiene un impacto cualitativo en cómo las personas piensan y sienten. La gente encuentra los activistas convencionales previsibles y aburridos pero las formas creativas del activismo vuelven la gente curiosa y más afectada; y puede entonces productivamente – molestar y perturbar. El informe completo del Experimento Nórdico Fritt Ord puede encontrarse aquí.
El trabajo de activistas creativos y culturales en la creación de movimiento tiene entonces un impacto real. No sólo en la inspiración y la participación activa sino también en la reflexión, el sentido crítico y la evolución de las mentalidades para cambios a largo plazo hacia nuevas realidades. Las formas culturales, las acciones y las imágenes y los procesos han sido un elemento central de la expresión política, de la protesta y de la resistencia desde el inicio del municipalismo. Han sido una herramienta potente en la creación de movimiento y en la elaboración de la expresión del municipalismo, pero esos procesos culturales también tienen el poder de mantener el espíritu de los movimientos.
Protestas Yellow Duck, Belgrado
Ne da(vi)mo Beograd – No dejaremos Belgrado caer/ahogarse
“Muchas personas disfrutaban del pato como símbolo, ya que el ‘pato’ tiene un sentido a varios niveles. A veces, es ridículo cómo [la policía] está enfadada por el pato. Parece que tienen miedo de recibir la orden directA de arrestarlo” Radomir Lazovic, Protestante Yellow Duck, 2015
La iniciativa Serba ‘No dejaremos Belgrado caer/ahogarse’ ha sido formada en 2014 y cambió la manera de pensar de los ciudadanos en cuanto a la trasparencia y a su papel frente a proyectos de desarrollo urbano. Ha sido activada por un proyecto de desarrollo polémico que tenía que transformar los muelles de Belgrado en lujosos rascacielos con departamentos y hoteles 5 estrellas. El plan constituía el mayor desarrollo de la historia de Serbia. Era un cuento familiar de regeneración de arriba a abajo, ‘revitalizando’ un barrio destartalado de la ciudad mediante la gentrificación, la demolición, el desplazamiento y la limpieza social.
El desarrollo de 3.5 millones de euros sería financiado por los petrodólares de los Emiratos. También apareció que el proyecto sería a un 68% de la propiedad del promotor inmobiliario como actor privado aprovechando los recursos públicos. Los detalles del proyecto de varios millones de dólares no han sido público, no hubo ninguna consulta previa y la demolición empezó de noche. El proyecto había sido notificado ‘de importancia nacional’ para poder eludir los obstáculos burocráticos, tenía lugar a puerta cerrada.
La oposición y la contestación empezaron a crecer. Empezó con las etapas convencionales: llenar denuncias oficiales sobre los cambios en planes de desarrollo urbanos y pedir audiencias públicas. Más de 2000 denuncias han sido presentadas pero todas fueron rechazadas. Entonces, los activistas empezaron a ser creativos, organizaron pequeñas performances, así como cantar en la audiencia pública del plano. Luego, vino la primera protesta con el gran Pato Amarillo. Un pato amarillo del tamaño de un carro se convirtió en el símbolo y la señal de reunión para la acción – gracioso, simpático y absurdo, mandaba mensajes potentes, convincentes y sostenidos. Era subversivo y disimuló mensajes, metáforas y códigos sutiles y de contra-propaganda al status-quo. El Pato amarillo es el símbolo de una resistencia civil y del fraude y de la corrupción vigente, y en Serbia “pato” también significa polla.
Acciones a pequeña escala fueron seguidas por protestas masivas en 2015 y a principios de 2016 el momento decisivo ha seguido la demolición, cuando los ciudadanos aparecieron en gran cantidad para protestar, exigiendo renuncias y presentando cargos a la puerta de los funcionarios. En los siguientes meses, 10 protestas mayores tuvieron lugar, cada una más grande que la anterior. Al apogeo de las protestas, habían 20 000 personas en las calles de Belgrado – las protestas mayores desde las que tumbaron a Slobodan Milosevic en 2000.
Desde el inicio, la iniciativa ha incluido acciones directas y protestas masivas, usando acciones en justicia contra el desarrollo, así como el simbolismo icónico y campañas mediáticas intensas. El desarrollo que violó la legislación Serba sigue vigente, pero la protesta sin embargo ha inyectado un nuevo sentido de esperanza en las calles de Belgrado. Eso mostró la fuerza de sus ciudadanos queriendo y listos para retomar el control de su ciudad, de sus vidas y de su futuro. Eso cambió las mentalidades y agitó el sentido crítico y la acción. Desde luego, un numero creciente de habitantes de Belgrado han exigido que los ciudadanos sean consultados y escuchados a cada proyecto de desarrollo urbano importante. Las masas con el famoso pato tomaron las calles para cuestionar el proceso de cómo los ciudadanos están siendo dejados de lado en las inversiones mayores y en los esquemas de desarrollo.
Gradualmente, el Movimiento Yellow Duck se convirtió en un ejemplo para todos, de cómo las comunidades locales pierden el control sobre su barrio frente a instituciones que tienen la ventaja financiera sobre ellas, y de cómo pueden de manera creativa recuperar este poder. Yellow Duck ha sido luego retomado en otras plazas del mundo, principalmente en Brasil, China y Rusia.